Dilemas opositores: Hugo Haime
El no oficialismo está en problemas. No solo no tiene claro cómo limar la imagen presidencial, sino que está llena de contradicciones internas. El PRO –dividido entre bullrichistas que son parte del Gobierno y macristas, que dudan entre intentar entrar al Gobierno–, o tomar distancias a la espera del desgaste de la gestión. Las astillas llegan también al radicalismo. En donde conviven el ser opositor con ser oficialistas. Lousteau y Cornejo son simbólicamente los dos polos, en el medio de ellos, se mueven una gran cantidad de dirigentes que no logran ponerse de acuerdo ni con ellos mismos, sobre en qué lugar ponerse.
Estamos mal, ¿pero vamos peor? : Fontevecchia
“Estamos mal, pero vamos bien” era la frase de Carlos Menem cuando aún no se había consolidado con la convertibilidad y prometía un futuro mejor. Hoy, treinta y cinco años después, la pregunta sería: estamos mal, ¿pero vamos peor? Sorprende que economistas ortodoxos de probado liberalismo de mercado como Domingo Cavallo, Miguel Ángel Broda o Carlos Melconian adviertan inconsistencias en el programa económico. No se trata de una discusión política sobre si este programa beneficia a los más pudientes y castiga a los de menores recursos, sino una discusión técnica, independientemente de a quién beneficie y/o que pueda volverse obsoleto pasado cierto tiempo. Por ejemplo, la convertibilidad dejó de funcionar una década después de haber sido iniciada y terminó perjudicando a parte de los sectores de menores recursos, pero técnicamente funcionó durante más de un lustro.
El Nobel de la apatía: Silvia Hopenhayn
Ya que se dicen cosas, por qué no escribir otras. Si uno de los políticos más versátiles llega a decir que el Presidente merece el Nobel de Economía, aquí podríamos extender sus supuestos atributos al de la apatía mayor alcanzada. La pregunta es si acaso la humanidad puede prosperar sin empatía. Los superhéroes del superávit no parecen practicarla, confiados en un derrame que apacigüe el descontento. Pero con todo el esfuerzo de la confianza, en un intento de proyección del modelo presente, cuesta vislumbrar un país justo.
La dolarización y el fin del BCRA tuvieron su Waterloo: Carlos Burgueño
El peor enemigo, apareció sorpresivamente cuando menos se lo esperaba; ingresando como un tornado destruyendo el sueño más deseado de Javier Milei. Tanto la dolarización como la demolición y posterior desaparición del Banco Central de la República Argentina (BCRA) quedaron sepultadas el lunes pasado, con la publicación del último informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), correspondiente a las conclusiones del staff técnico del departamento para el Hemisferio Occidental del organismo financiero.
Nancy Giampaolo: Ni más, ni menos:
Una cosa que siempre me llamó la atención de Ana María Shua es la habilidad poco común de hacer lo quiere. De la escritura, no se le escapa prácticamente nada. Literatura infantil y juvenil, literatura del yo, guiones, artículos periodísticos, poemas… Y lo viene haciendo desde que era adolescente, sin parar, cosechando premios y traducciones, además de lectores de nichos muy diversos.
Creer o reventar: Carlos Ares
En los hechos, después de seis meses, la reserva de oxígeno se redujo al mínimo, sin que se note todavía el beneficio de apenas respirar. Sin embargo, las encuestas de opinión coinciden en que el Gobierno aumentó aún más el alto porcentaje de apoyo a su gestión. Una palabra en común resume la ilusión de las personas consultadas. Las miradas anhelantes dicen: “esperanza”. La respuesta callada que sigue a continuación se lee abajo, en los subtítulos: creer o reventar.
Fuente: Perfil – Imagen: Pablo Temes
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